Después de una amplia recogida de datos, se consideran Áreas Importantes para las Aves (Important Bird Area, IBA) a una serie de parajes fundamentales para la conservación de las aves. En todo el territorio español, alcanzan el número de 391 y 16 millones de hectáreas de acuerdo con el catálogo revisado en 1998. En Alicante contamos con 8 IBAs cuya relación y datos más importante relatamos más adelante.

El Programa de Áreas Importantes para las Aves de BirdLife en la Unión Europea está íntimamente ligado a la aplicación de la Directiva 79/409/CEE relativa a la conservación de las aves silvestres (Directiva Aves). Esta normativa, de obligado cumplimiento por todos los estados de la Unión, pretende la protección de todas las especies de aves que viven normalmente en estado salvaje en el territorio europeo.

De acuerdo con esta Directiva, los Estados miembros de la Unión Europea, tienen la obligación de declarar como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) los territorios más adecuados en número y superficie para grantizar la conservación de las especies incluidas en el Anexo I de la Directiva Aves (actualmente son 181 especies y subespecies), así como las especies migratorias en sus lugares más importantes de reproducción, muda, invernada y descanso en los pasos, insistiendo en las zonas húmedas.

La elaboración del inventario de IBAs fue el primer paso para que todas ellas fueran siendo designadas como ZEPAs aunque en la actualidad aún estamos lejos de conseguirlo para todas ellas.

En Alicante, interesantes humedales jalonan la costa exhibiendo muy diferentes grados de conservación y valor ornitológicos. Así, encontramos los embalses de El Hondo, las salinas de Santa Pola, La Mata y Torrevieja que ocupan un total de 8.600 hectáreas. Destacan por su valor internacional para la Cerceta Pardilla y tienen interés como lugar de cría de Malvasía Cabeciblanca, Tarro Blanco, Avoceta Común y, más recientemente, Flamenco Común.

El interior montañoso lo forma la gran unidad geomorfológica del sistema Bético, con orientación SO-NE. Entre las montañas aparecen valles muy cultivados e industrializados, pero se trata de un apretado conjunto de sierras de moderada altura, generalmente calcáreas y relativamente secas. La vegetación es típicamente mediterránea, que en parte es monte bajo y garriga (carrasca, coscoja, brezo, etc.) y en parte pinar. Los pinares, en su mayoría de pino carrasco, suponen casi el 90% del monte maderable y han sido muy castigados por los incedios durante las últimas décadas. También la actividad extractiva, sobre todo de mármoles, está haciendo desaparecer muchas montañas del interior de Alicante. El interés ornitológico de estas zonas no cifra en la empobrecida avifauna forestal que albergan, sino en sus aves de presa que aprovechan para anidar la abundancia de cantiles. Destacan las poblaciones de Águila Perdicera, Águila Real, Halcón Peregrino y Búho Real. También son valiosas para otras aves rupícolas como la Paloma Zurita, el Roquero Solitario, la Collalba Negra y la Chova Piquirroja.

En esta provincia también hay pequeños islotes costeros, de un total de 40 hectáreas de superficie emergida, dónde anidan alrededor de 400 parejas de Paíño Europeo, la mayoría en el Islote de Benidorm.

Las IBAs de Alicante se enfrentan a graves problemas de conservación. Los humedales litorales, a pesar de contar con figuras de protecciónlegal, siguen sufriendo una paulatina degradación causada por la intensificación agrícola, contaminación y escasez de agua, excesiva presión cinegética, agravada por el plumbismo (todos los años mueren miles de aves acuáticas por esta causa, incluidas especies mundialmente amenazadas como la Cerceta Pardilla, Malvasía Cabeciblanca y Flamenco Común) y una elevada presencia de visitantes no regulada, que ocasionan molestias a las aves. Se han registrado graves episodios de contaminación por plaguicidas, que han provocado grandes mortandades de especies como la Cerceta Pardilla. La mayoría de estos humedales litorales soportan una fuerte presencia de infraestructuras, como carreteras y tendidos eléctricos, a las que hay que añadir nuevos proyectos de impacto muy negativo. La presión urbanística es también muy fuerte en los límites de los humedales protegidos y amenaza con destruir pequeñas zonas que aún no disponen de protección oficial.

Los incendios forestales constituyen uno de los impactos más negativos para las IBAs del interior montañoso, a lo que hay que añadir la apertura de pistas y carreteras y las canteras. Los tendidos eléctricos causan todos los años la muerte de numerosas rapaces, provocando un impacto especialmente grave en el caso del Águila Perdicera, que se suma a la muerte directa por disparo y a la colocación de cebos envenenados. La ya comentada falta de espacios protegidos y de ZEPAs dificulta la gestión y la actuación contra estas amenazas.

Para Alicante las IBAs son las que se relacionan a continuación. Junto al nombre acordado para su designación, se añade el número de Iba que le corresponde, así como la información más relevante de ese paraje. Las coordenadas corresponden al centro geográfico del área y las altitudes indican la mínima y la máxima. Se incluyen aquellas que están entre Alicante y otras provincias.