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ALGUNOS
DESCUBRIMIENTOS ZOOLÓGICOS
RECIENTES
Dr. Fidel José Fernández
y Fernández-Arroyo.
PARTE
I - sección c
Sin
embargo, el sao-la no era el único gran mamífero
que había “escapado” al conocimiento del mundo occidental.
En marzo de 1994, en la misma región del Vietnam, se
descubrió, gracias a los trofeos conseguidos por cazadores
locales, una nueva especie de ciervo, el muntjac gigante (o muntiac
gigante ) ( Megamuntiacus [Muntiacus] vuquagensis ).
Fue identificado con material genético conseguido en
astas y pelos, y también por las “ claras diferencias
morfológicas con respecto al resto de los muntjac conocidos ” (WWF,
1994a). Como señaló Luis Miguel Domínguez
( 1997), “ hasta ahora no se ha capturado ningún
ejemplar vivo, pero ya sabemos que fotografiar este gran animal
es el reto de la comunidad científica internacional. ”
A raíz de estos descubrimientos, se prohibió la
caza de ambas especies; y la Reserva Natural de Vu Quang fue
ampliada, de 16.000 hectáreas a cerca de 60.000 hectáreas
(WWF, 1994 a, b). Estas medidas eran muy necesarias, pues,
como publicó el Fondo Mundial para la Naturaleza en
1994, “ la comunidad científica internacional teme
que las dos nuevas especies puedan extinguirse antes de que
se hayan podido estudiar, a causa de la intensa presión
cinegética que soportan. (...) Tan sólo en la
segunda mitad de 1993, se sabe que han sido cazados tres sao
la y entre quince y veinte muntjacs gigantes. ” (WWF,
1994b).
No acaban ahí las sorpresas. Una expedición
reciente parece haber descubierto, en la misma región,
un tercer gran mamífero, el muntjac de Truong
Son , que no ha sido visto aún (por nadie que
no sea un nativo, y según los datos que conocemos hasta
el momento). Los cazadores locales (que lo comen, y lo llaman sam
soi cacoon , “ el ciervo que vive en el espeso bosque
profundo ”) proporcionaron 18 cráneos de este animal
(correspondientes a 16 adultos -8 machos y 8 hembras- y 2 jóvenes)
( González Vallecillo y Bartolomé Zofío
, 1997). Es posible incluso que exista en la zona otro cérvido
nuevo, no confirmado aún, el quang khem o “ciervo
que corre despacio”; del que ya se ha conseguido encontrar
al menos un cráneo, cuyo ADN no parece coincidir con
el de ninguna especie conocida ( Morant , 1999) . En 1996,
Patricio Robles Gil escribió: “ Es increíble
que especies como estos tres mamíferos mayores se sigan
descubriendo en la década de los noventa. Desafortunadamente,
algunos de estos animales son los últimos de su especie,
como es el caso del quang khem que se teme se extinga antes
de que la ciencia lo descubra. ”
También en la reserva vietnamita de Vu Quang, el Dr.
Nguyen Thai Tu descubrió para la ciencia, en septiembre
de 1996, un pez de agua dulce bastante especial, el “ co ” ( Crossocheilus
sp. ), que puede pesar hasta 1´5 Kg; y que era consumido,
al parecer desde hacía siglos, por los pescadores locales
( Domínguez, 1997). En Vietnam han sido registradas
recientemente otras especies nuevas, desde algún ave
(como el Garrulax konkakinhensis , cuyo hallazgo,
en 1999, ha estimulado la ampliación de la Reserva Natural
Kon Ka Kinh) hasta una tortuga, pasando por un mono y una especie
de civeta. Por otra parte, también se han redescubierto,
hacia la última década del siglo XX, especies
que se creían extinguidas (o de las que no se conocían
noticias fiables en libertad) desde la década de los
veinte, como por ejemplo el faisán imperial ( Lophura
imperialis ) (ver Del Hoyo et al., 1994),
o el faisán de Edwards ( Lophura
edwarsi ) (ver Del Hoyo et al., 1994).
Sin embargo, sin duda uno de los hallazgos
más extraordinarios
que se han producido recientemente en Vietnam (y en toda Asia)
se refiere al rinoceronte de Java ( Rhinoceros
sondaicus ). Se trata de un enorme animal, actualmente
uno de los mamíferos vivos más escasos del mundo,
que en otras épocas habitó en gran parte del
sudeste de Asia ( Bergerandi y Senosiain , 1997; IRF, 2001).
Durante mucho tiempo se creyó que este magnífico
rinoceronte, de un solo cuerno, sobrevivía únicamente
en el Parque Nacional de Udjung Kulon, en la isla de Java.
Los relatos de los nativos continuaban señalando observaciones
esporádicas del gran rinoceronte en las selvas del sur
de Vietnam, e incluso se decía que algunos ejemplares
fueron matados entre 1945 y 1972, durante la guerra (y quizá también
después); pero esto no parecía posible. Sorpren-dentemente,
en 1988 fue detenido un cazador furtivo que intentaba vender
la piel (y el cuerno) de una hembra que había matado
allí; lo cual hizo que las historias locales sobre la
especie se tomaran mucho más en serio. Las expediciones
que se organizaron, en los años siguientes, recabaron
informaciones de los nativos; y pudieron detectar, en la selva,
rastros suficientes para confirmar que el rinoceronte de Java
vivía aún en Vietnam, aunque no consiguieron
verlo. A raíz de estos hallazgos, se estableció la
Reserva de Rinocerontes de Cat Loc (unas 35.000 Has.), que
se integró (en 1998) en el Parque Nacional Cat Tien
(75.000 Has. en total) (IRF, 2001); y se ha dotado de más
medios a la guardería. Por otra parte, especialistas
del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) (en colaboración
con las autoridades vietnamitas, la International Rhino Foundation,
y el Grupo de Especialistas en Rinocerontes Asiáticos
de la IUCN) instalaron diez cámaras fotográficas
automáticas, de “visión” nocturna (con luz infrarroja),
en los sitios señalados por los lugareños; y
por fin, en 1999, fue fotografiado un ejemplar vivo. Basándose
en huellas y otros indicios (y últimamente, también
en el análisis del ADN de los excrementos), se cree
que no deben quedar más allá de 5-8 individuos,
pertenecientes al parecer a una subespecie distinta ( R.
s. annamiticus ) de la que habita en Java (y de menor
tamaño). Aunque ningún occidental lo ha visto
aún con vida (que sepamos), las fotos obtenidas han
sido ya publicadas en “Internet” y en revistas de gran difusión
(ver por ejemplo Bartolomé , 1999; Biológica ,
1999; WWF, 1999; IRF, 2001). Por cierto, según los datos
que conocemos, aún no se ha podido averiguar si el rinoceronte
fotografiado es macho o hembra.
Hay muchos ejemplos más, algunos de ellos bien llamativos,
de hallazgos zoológicos que hace poco parecían
impensables.