Con la inmejorable organización de Miguel Ángel Andrés, el pasado día 26 de Octubre se realizó un recorrido náutico para observar aves marinas. Lo primero, una vez ya a primera hora en el puerto de Santa Pola, fue preparar la comida que echaríamos al mar para atraer a las aves, lo que viene conociéndose como “chum”. Este agradable (para las aves) menú consiste en pescados y restos de los mismos, junto con pan y el complemento del aceite de sardina.
Miguel Ángel se dispuso a ello, manejando con maestría la taladradora a la que se había acoplado un batidor. Otros, mientras, nos dedicábamos a comprobar que el pan duro recibe este nombre porque es pan (o lo fue) y está duro (pero mucho) y que lo de conseguir trozos del tamaño de un pulgar no era tan fácil como parecía.
Una vez ya reunida la treintena de asistentes, salimos del puerto sobre las ocho y media para dirigirnos a las piscifactorías que hay frente a Guardamar del Segura.
Allí vimos varias Garzas reales, Gaviotas reidoras, Gaviotas patiamarillas, al menos una Gaviota de Audouin, alguna Gaviota cabecinegra, varias Gaviotas picofinas, Charranes patinegros, Cormoranes moñudos (antes vimos algún Cormorán grande), Pardelas baleares (escasas y solitarias), y varios Alcatraces atlánticos.
Observando a las aves. Pardela balear
El ambiente a bordo era un continuo recital de “mira, mira”, “por ahí, que viene”, “uufff”, “pardelas”, “halaaaa”, “alcatraz adulto” y un largo etcétera de frases que hacía que la atención de los asistentes fuera de un costado a otro de la embarcación en busca de las aves.
Las cámaras y los prismáticos iban y venían tratando de captar aquellas imágenes. Algunos seguían a las aves con giros de cabeza tan sorprendentes que dejarían en el más absoluto ridículo a la misma niña de “El exorcista”.
Las condiciones de la mar y las meteorológicas fueron excepcionalmente buenas lo que ayudó a disfrutar todavía más de la jornada. No tuvimos suerte con los cetáceos. ¡Anda que no nos lo hubiéramos pasado bien viendo a alguno de sus componentes! Tampoco vimos ni rastro de las Pardelas cenicientas a las que esperábamos encontrar en el pico de su paso migratorio, sobre todo tras las noticias que teníamos de los avistamientos en el Estrecho de Gibraltar. Una pena.
De aquí nos dirigimos hacia la Isla de Tabarca para repetir. Situándonos fuera de las aguas protegidas conseguimos atraer de nuevo a las aves. Observamos fugazmente dos aves que volaban casi a ras del mar en dirección a la isla y que no identificamos con seguridad: tal vez Estorninos pintos o Cogujadas. La luz y la velocidad de su vuelo nos impidieron saber qué eran.
Alcatraz atlántico juvenil Ruta seguida
Agotado el chum y casi también el tiempo contratado, nos dirigimos hacia el Cabo de Santa Pola y de ahí, al puerto de esa localidad, donde finalizó la excursión marítima (aunque no la terrestre). Tras la tradicional foto del grupo y, aquellos que lo quisimos, nos fuimos a la zona sur del Parque Natural de El Hondo, en busca del Águila moteada.
El grupo ya de regreso al puerto
Como en Vistabella ya éramos varios grupos, no todos conseguimos ver a la rapaz en cuestión. Mi grupo fue uno de los que nos quedamos sin poder observarla.
De todas formas, nosotros pudimos ver una docena de Águilas calzadas distintas, varios Cernícalos vulgares, un Halcón Peregrino, Ratonero común, Martín pescador, Aguilucho lagunero y otras aves como Garcillas bueyeras, Garza real, Lavanderas blancas, Tarabilla común, Alcaudón meridional, etc. Y un notable número de mariposas que, al principio, identificamos como mariposas monarcas pero que resultaron ser Mariposas tigre (Danaus chrysippus) (gracias, Jana), especie originaria de la zona tropical de África, Sudeste de Asia y Australia. Ha ido apareciendo en el Paleártico (sur de Italia y de Grecia, archipiélagos de Canarias y de las Azores, Argelia, Marruecos y Egipto) y, recientemente, en el mediterráneo español y con citas en el centro de la península Ibérica. Eran tan confiadas y abundantes que una de ellas se posó un buen rato en mi espalda, resultando ésta un inigualable (ejem) fondo para que le hicieran cienes de fotografías.
Con el calor apretando (estamos en lo que llaman "veroño"), los componentes de mi grupo nos despedimos del resto y enfilamos camino hacia Alicante con la satisfacción de haber pasado una magnífica mañana entres aves marinas y terrestres, y nuevos y viejos amigos.
Para una crónica más detallada se puede entrar en eliasgomis.blogspot.com y un vídeo en
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=EIHaTVHKly8